TEMA #15. SACRAMENTO DEL AMOR
Llegaremos a la meta:
Al ir desarrollando este encuentro, tú podrás saber: 1) los diferentes nombres que recibe el Sacramento de la Eucaristía; 2) que debemos prepararnos y disponer el corazón para recibir el Sacramento; 3) expresar el amor que exige vivir este Sacramento.
Cantemos a Dios:
Oremos al Señor:
Señor Jesús, gracias por amarnos, por reunirnos nuevamente hoy, por compartir con nosotros tu vida, tu cuerpo y tu sangre. Te pedimos dispongas nuestro corazón para aprender a celebrar en tu Sacramento de mor: la Eucaristía. Haz que este alimento que nos ofreces se convierta para nosotros en Pan de vida nueva. Amén.
1. ABRAMOS LOS OJOS:
Vas a realizar una tarjeta de invitación, así al estilo cumpleaños, matrimonios, en fin. Sólo que en esta tarjeta vas a invitar a alguien para que vaya este domingo a Misa contigo. Es una manera de celebrar y vivir esta gran fiesta cristiana.
A quien se la entregues, tienes que decirle que es una fiesta y tú lo estás invitando, por eso debe asistir de la mejor manera y con toda la disposición.
2. ESCUCHEMOS A DIOS:
Busca en tu Biblia el EVANGELIO DE MATEO 5, 23-24. Léelo muy en silencio, reflexiona y luego medita:
- ¿Qué debemos recordar al presentar la ofrenda al altar?
- ¿Qué debemos hacer si alguien tiene una queja en contra nuestra?
- ¿Después de hacer las pases con el hermano, qué debemos hacer?
3. GUARDEMOS EN EL CORAZÓN:
Dios está cerca
La Eucaristía como fiesta de encuentro, es signo de la cercanía de Dios con las personas. Por tal motivo, el texto nos insiste en no llegar al altar, que es la mesa donde celebramos la comunión, si no estamos en paz con los hermanos, y desde luego, con Dios. La Eucaristía es un signo de esta cercanía de Dios con nosotros; decimos que es un Sacramento porque en ella está Cristo presente, sentado a la mesa, en medio de su Iglesia en forma real, haciéndole partícipe de su infinito amor.
La Eucaristía es un signo de la comunión que existe entre Dios y la humanidad y de las personas entre sí. Por eso, cada vez que nos reunimos en torno a su mesa celebramos el encuentro maravillo de Dios con nosotros y de nosotros con Él. Por la riqueza que encierra este sacramento, recibe varios nombres: encuentro, banquete, sacrificio. Vale la pena que entendamos el significado de algunos de ellos:
Eucaristía: porque es acción de gracias por sus obras, como la creación, la redención y la santificación.
Banquete del Señor: porque se trata de la cena que celebró Jesús con sus discípulos antes de su pasión, y anticipación del banquete que se celebrará en el cielo.
Fracción del pan: porque en la cena Jesús distribuyó y bendijo el pan de su cuerpo, y en este gesto los discípulos lo reconocen después de resucitado. Esto quiere decir que todos comemos del mismo pan partido, que es Cristo.
Santo Sacrificio: porque actualiza el único sacrificio de Cristo e incluye la ofrenda o sacrificio de la Iglesia.
Comunión: porque este Sacramento nos une a Cristo y nos hace partícipes de su cuerpo y de su sangre para formar un solo cuerpo.
Santa Misa: porque este misterio de salvación termina con el envío de los fieles (missio) a fin de construir el Reino de Dios en nuestra vida diaria.
Santísimo sacramento: porque es el sacramento de los sacramentos. Con este nombre se conocen las especies eucarísticas guardadas en el Sagrario.
Signos del Sacramento
En el entro de la celebración Eucarística están el PAN Y EL VINO, que por la Palabra de Cristo y por la invocación del Espíritu Santo se convierten en el cuerpo y la sangre de Jesús. El pan como recuerdo de las ofrendas del antiguo pueblo de Israel, como agradecimiento a Dios por la creación y por el maná que sirvió de comida durante su recorrido por el desierto. El signo del agua convertida en vino en Caná, anuncia el cumplimiento del Banquete celestial, donde todos beberán del vino nuevo convertido en la Sangre de Cristo.
Cómo celebrarlo
Por ser un Sacramento, la Iglesia lo celebra en comunidad, es decir, en un verdadero encuentro de hermanos que celebran unidos la reconciliación. Jesús mismo nos recuerda en el Evangelio que "si al presentar la ofrenda en el altar, te acuerdas que un hermano tiene algo contra ti, deja la ofrenda allí y ve a reconciliarte con tu hermano, luego vuelve a presentar la ofrenda". Estas palabras de Jesús nos ayudan a tomar conciencia de la importancia de la disponibilidad del corazón para celebrar sinceramente este sacramento que nos llena de su gracia y nos alimenta con su Palabra y con su Comida, para que podamos vivir continuamente el amor que Dios nos comunica y del cual debemos hacer partícipes a todos nuestros hermanos.
Cristo está todo entero en cada especie
Cristo está completo en cada especie. Donde está el Cuerpo, se hallan la Sangre, el Alma y la Divinidad; y donde está la Sangre, igualmente se encuentran el Cuerpo, el Alma y la Divinidad.
La doble consagración del pan y del vino fue realizada por Cristo para representar mejor aquello que la Eucaristía renueva: la muerte del Salvador que supuso la separación del cuerpo y de la sangre. Por ello, el sacerdote consagra separadamente el pan y el vino.
Jesús está presente en el Sagrario
Un niño llamado Adriano, preguntó a su Santidad Benedicto XVI: Santo Padre, ¿Qué es la Adoración Eucarística? El Papa le respondió: "la adoración es reconocer que Jesús es mi Señor, que me señala el camino que debo tomar, me hace comprender que sólo vivo bien si conozco el camino indicado por él, sólo si sigo el camino que él me señala. Así pues, adorar es decir: Jesús yo soy tuyo y te sigo en mi vida; no quisiera pues jamás perder esta amistad, esta comunión contigo. También se podría decir que la adoración es, en su esencia, un abrazo con Jesús, en el que le digo: yo soy tuyo y te pido también que esté siempre conmigo".
San Juan Pablo II también nos decía: "La Iglesia y el mundo tienen gran necesidad de culto eucarístico. Jesús nos espera en este sacramento del amor. No escatimemos tiempo para ir a encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar las faltas graves y delitos del mundo. No cese nunca nuestra adoración".
La presencia del Sagrario en el Templo es un grito silencioso, una llamada a la conversación movida por la fe, la esperanza y el amor con quien se ha dado todo por amor. Es la voz que te dice: "ven estoy aquí, si estás triste, ven. S i estás alegre, ven. Me gusta compartir todo contigo". Sin él, nuestra fe sería escasa; nuestra esperanza, incierta; nuestro amor, dudoso, nuestras obras, torcidas.
Complementa lo anterior con este vídeo:
4. VIVAMOS CON ALEGRÍA:
En él expresa el amor a Cristo presente en ese Sacramento.
Expresa tu deseo de recibirlo.
Expresa la necesidad que tiene el mundo de tan Maravilloso don.
Nota: envía foto de ese poema a tu catequista.
5. CELEBREMOS NUESTRA FE:
Te invitamos a que hagas tu oración muy espontánea, en silencio, en tu corazón (si tienes la forma, acércate a tu parroquia y frente al Sagrario, habla con Jesús), dile lo mucho que lo amas y lo mucho que deseas recibirlo pronto. Dile que te ayude a estar siempre en paz y que haga de ti un signo de su amor para el mundo.
6. NUESTRO PEQUEÑO TALLER:
Elabora una sopa de letras con los nombres que recibe la Eucaristía. Luego pásala a alguno de tus familiares para que la resuelva. Cuando haya encontrado todos los nombres, compartan lo que significa cada uno de ellos.
Nota: No se te olvide participar de la Misa dominical en tu parroquia.
Grandes bendiciones para todos esta semana
Comentarios
Publicar un comentario