DISCÍPULOS MISIONEROS EN COMUNIÓN CON CRISTO. Primera Comunión. Tema #14.

 TEMA #14. EUCARISTÍA: FIESTA DE COMUNIÓN


Llegaremos a la meta:


En esta nueva etapa entramos a la recta final, en donde hablamos precisamente de lo que es la Eucaristía, Sacramento por el cual se están preparando. En este tema ustedes comprenderán: 1) la alegría de saber que la Eucaristía es fiesta de comunión; 2) la exaltación del corazón cuando siente a Jesús sentado a la mesa de la Eucaristía; 3) un gran deseo de comer el Pan de Vida. 

Cantemos al Señor:


Hablemos con Dios:

Señor Jesús, deseamos comer contigo. Que tu Pan y tu Vino, convertidos en tu Cuerpo y tu Sangre nos alimenten y hagan exaltar nuestro corazón. Haz que el mensaje que hoy vamos a recibir nos abra los ojos y el corazón para poder conocerte y amarte más. Amén. 


1. ABRAMOS LOS OJOS:


Busca en YouTube videos de: 1) fiestas de cumpleaños, o grados, o aniversarios; 2) La Eucaristía (la celebración de la Misa). Escribe las diferencias que hay entre esas fiestas y la Eucaristía. Responde también:
¿Si son diferentes, por qué entonces decimos que la Eucaristía es una fiesta?
Termina de reflexionar sobre lo anterior, asistiendo un día (ojalá sea domingo) a la Santa Misa en tu Parroquia y préstale mucha atención. 


2. ESCUCHEMOS A DIOS:


Busca en tu Biblia el EVANGELIO DE LUCAS 24,13-35. Aunque es un poco largo, léelo con mucha atención y bien meditado. Luego responde: 
  • ¿Quiénes aparecen en el Texto?
  • ¿Hacia dónde iban y de qué hablaban?
  • ¿Quién se les acercó y qué hizo?
  • ¿Qué pasó cuando llegaron al Pueblo?
  • ¿Qué pasó estando a la mesa?
  • ¿Qué les pasó a los discípulos y qué hicieron?
Complementa el texto con este lindo vídeo: 




3. GUARDEMOS EN EL CORAZÓN:


Después de recorrer el camino de la duda, la tristeza y la desesperanza, como los discípulos de Emaús y experimentar la presencia amorosa de Dios que camina con nosotros y nos perdona, la Eucaristía se convierte para cada persona de fe en una fiesta donde se celebra la comunión con Dios y con los hermanos. Celebrar esta fiesta de comunión en la Eucaristía, es un caminar hacia la esperanza, la paz y el amor, sintiendo que arde nuestro corazón cuando nos abrimos a su amor y lo invitamos a quedarse con nosotros. 

Jesús celebra con nosotros

La respuesta de Jesús a nuestra invitación es clara; el texto nos dice: "entró para quedarse con ellos", manifestando con ese gesto aquellas palabras suyas: "yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo". Pero nosotros, ¿Cómo nos damos cuenta que Jesús, Hijo de Dios sí cumple esta promesa? ¿Dónde lo vemos quedarse con nosotros? Jesús siempre está junto a nosotros en este caminar como con los discípulos de Emaús; pero realmente lo reconocemos, cada día, cada instante, cuando se sienta a la mesa y nos reparte el pan. 

Es la Eucaristía la Mesa en donde Jesús celebra con todas las personas la unión con Dios y nuestra comunión fraterna. Para Jesús, el lugar en que se debe celebrar esta comunión, es siempre la mesa; así lo manifestó a lo largo de su vida pública, veamos:
  • Estando a la mesa en casa de Leví, sella con él la alegría de elegir a un pecador como discípulo suyo (Lc 5,29).
  • Acepta a los pecadores y marginados de una sociedad que se construye sin Dios (Lc 7,36-38). 
  • Hace milagros (Lc 14,1-4).
  • Lo más importante, Él mismo dispone su mesa para reunir y alimentar las ovejas dispersas y crear su comunidad en la intimidad de su corazón (Lc 22,14-16). 
Esta continua fiesta de comunión con Jesús es la que hace posible nuestra continua reconciliación, porque en la medida en que vivamos en comunión con Dios, viviremos en comunión con nuestros hermanos. No se puede vivir humanamente en comunidad si no se hace comunidad humana con Dios. Pero esta fiesta de comunión en la Eucaristía hoy, no es sino un anticipo de lo que se será de verdad la fiesta de comunión al final de nuestra vida terrena. Por eso, cada día al sentarnos con Jesús a la mesa de la Eucaristía, para celebrar la fiesta de hermanos, recordamos su promesa de permanecer con nosotros siempre. 

Una fiesta para todos

Como no todos tienen ni alcanzan esta misma experiencia de encuentro con Jesús, es compromiso de quien se sienta con Jesús a su mesa a comer con Él, de salir lleno de gozo a compartir con su familia, amigos y vecinos la misión de anunciar a Jesucristo vivo, presente entre nosotros especialmente cuando nos sentamos a su mesa a recibir su Pan. Esta mesa de compartir es la Eucaristía, donde los cristianos celebramos la fiesta del amor, la solidaridad, el perdón, y ante todo, donde nos comprometemos a trabajar para que el Reino de Dios sea posible entre nosotros. 

La Eucaristía es una fiesta de familia; allí todos somos invitados por Jesucristo, a participar de su banquete.  El Padre preside la celebración y todos los hermanos participamos con alegría de ella. Al llegar al lugar de la fiesta encontramos todo listo: flores, luces, músicos, mesa, pan, vino, y un buen equipo para escuchar con claridad lo que Dios nos hablará. 

Hasta los vestidos son especiales; quien preside la celebración se reviste de gala: alba, estola, cíngulo, casulla; y los invitados no están menos: van con ropa limpia y elegante para la fiesta. 

Ya en la celebración no saludamos, cantamos y oramos. Quien preside la celebración presenta la ofrenda y la acción de gracias en el momento de la consagración. Recordamos aquí el acontecimiento más importante de nuestra familia cristiana. Y al fina, la comida: todos comulgamos en señal de común-unidad. 

Para terminar agradecemos todo lo lindo de la fiesta y nos despedimos con el compromiso de continuar esta fiesta de hermanos en la mesa de nuestra vida. 

Yo soy el Pan de Vida

Ana, una niña que recién celebró su Primera Eucaristía, peguntó a Benedicto XVI: "Querido Papa ¿Nos puedes explicar qué quería decir Jesús cuando le dijo a la gente que lo seguía: Yo soy el Pan de Vida?

El Santo Padre le respondió: "Es este caso quizá debamos aclarar ante todo qué es el pan. Hoy nuestra comida es refinada, con gran diversidad de alimentos, pero en las situaciones más simples, el pan es fundamento de la alimentación; y si Jesús se llama el Pan de Vida, el pan es, digamos, la sigla, un resumen de todo el alimento. Y como necesitamos alimentar nuestro cuerpo para vivir,  así también nuestro espíritu, nuestra alma, nuestra voluntad necesita alimentarse. Nosotros, como personas humanas, no sólo tenemos un cuerpo, sino también una alma; somos personas que pensamos, con una voluntad, una inteligencia, y debemos alimentar también nuestro espíritu, el alma, para que pueda madurar, para que pueda llegar realmente a su plenitud. Así pues, si Jesús dice: yo soy el pan de vida, quiere decir que Jesús mismo es este alimento de nuestra alma, del hombre interior que necesitamos porque también el alma debe alimentarse. Y no bastan las cosas técnicas,, aunque sean importantes. Necesitamos precisamente esa amistad con Dios, que nos ayuda a tomar las decisiones correctas. Necesitamos madurar humanamente. En otras palabras, Jesús nos alimenta para llegar a ser realmente personas maduras y para que nuestra vida sea buena". 

Complementa todo lo visto hasta ahora con este vídeo:




4. VIVAMOS CON ALEGRÍA:


Ve a tu parroquia y habla con alguno de los Padres, pregúntale lo siguiente y toma nota de lo que te diga: 
  • ¿Qué es la Eucaristía?
  • ¿Cuáles son los elementos esenciales y necesarios para celebrar la Eucaristía?
  • ¿De qué modo la Iglesia participa del Sacrificio Eucarístico?
  • ¿Por qué la Eucaristía es Sacrificio?
  • ¿Cómo está Jesucristo presente en la Eucaristía?
  • ¿La fracción del Pan, divide a Cristo?
  • ¿Por qué se dice que la Eucaristía es prenda para la gloria futura?

5. CELEBREMOS NUESTRA FE:


Te invitamos para que desde ya te vayas aprendiendo esta oración que comúnmente muchos cristianos recitan después de recibir la Comunión: 

Alma de Cristo, Santifícame;
Cuerpo de Cristo Sálvame;
Sangre de Cristo, embriágame;
Agua del Costado de Cristo, lávame;
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh mi buen Jesús, óyeme,
dentro de tus manos, escóndeme;
no permitas que me aparte de ti;
del enemigo malo, defiéndeme;
y a la hora de mi muerte, llámame
y mándame ir a ti, para que con tus santo te alabe y te bendiga, por los siglos de los siglos. Amén. 


6. NUESTRO PEQUEÑO TALLER


En las catequesis que nos quedan, el taller será el mismo: 
Vas a asistir a misa el domingo a tu Parroquia y vas a estar muy atento(a) de la fiesta que allí se celebra. Si deseas lleva tu cuaderno y toma nota de las lecturas y de la Predicación del Padre. 
Te proponemos dos opciones: 
1) Puedes ir a misa el domingo con toda tu familia, o
2) Con tu catequista ponte de acuerdo para que todos como grupo vayan a misa el domingo y la vivan como grupo de catequesis. 


En Cristo tengan bendecida semana. 

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