TEMA #11. REUNIDOS POR EL ESPÍRITU
Llegaremos a la meta:
Al terminar este encuentro, tú joven podrás haber profundizado en: 1) el sentido de la Iglesia como pueblo de Dios; 2) la Iglesia como obra del Espíritu Santo; 3) tu compromiso como miembro activo de la Iglesia.
Cantemos:
Oremos:
Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones y enciende en nosotros el fuego de tu amor. Envíanos Señor tu Espíritu de Consejo... y las cosas serán creadas y renovarás la faz de la tierra. Oh Dios que has convocado a todos los hombres y mujeres de todas las razas, pueblos y culturas para formar tu Iglesia... enséñanos a vivir como hermanos y danos la gracia de sentirnos miembros vivos de tu Iglesia. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
1. EN SINTONÍA:
"im-pul-sa-dos-por-tu-Es-pí-ri-tu,-reno-vare-mos-la-Igle-sia.
Una vez lo tengas hecho, dáselo a algunos de tus familiares para que lo armen y puedan descubrir la frase. Luego socializa con ellos la importancia de esa frase ¿Qué les quiere decir a sus vidas?
Nota: Envía foto de ese rompecabezas a tu catequista.
2. ESCUCHEMOS A DIOS:
Busca en tu Sagrada Escritura la 1 CARTA A LOS CORINTIOS 12, 4-13.27-28. Léelo detenidamente y luego responde:
- ¿Quién concede los carismas y servicios en la Iglesia?
- ¿Para el bien de quién los concede?
- ¿Qué dones y carismas concede?
- ¿Con qué se compara la diversidad de carismas en la Iglesia?
- ¿Qué formamos los que hemos recibido los carismas del Espíritu?
Complementa este punto con el siguiente vídeo:
3. PARA PROFUNDIZAR:
Una sola fe, un solo Bautismo
San Pablo hace una comparación muy hermosa para decirnos quiénes integran la Iglesia: es un Cuerpo formado por muchos miembros. En la Iglesia no importa la raza, el país, el ambiente, la cultura; los que creemos en Cristo y fuimos bautizados en su nombre, participamos del Pueblo de Dios. Los miembros de la Iglesia tenemos una misma fe, la que proclamamos en el Credo; un solo Bautismo y diversidad de Dones y Carismas en una sola unidad: Cristo.
¿Qué es la Iglesia?
La Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, es el signo de salvación que avanza hacia la patria definitiva en el Reino de los Cielos. Es la familia de Dios a la cual pertenecemos todos los bautizados. La Iglesia es la encargada de continuar la obra de Jesús en el mundo.
La Iglesia es el principio de unidad, de esperanza y de salvación para todos los hombres y mujeres. Tiene como meta ser para los creyentes sal y luz. Es la encargada de unir a los hombres entre sí y a la humanidad con Dios. En la Iglesia Jesús nos comunica su Espíritu que es el alma del nuevo pueblo de Dios.
La Iglesia es obra del Espíritu
"La Iglesia, nueva creación, no puede nacer sino del Espíritu Santo, del que tiene nacimiento todo lo que nace de Dios". La Iglesia nace del Espíritu de Jesús. El que anuncia su Palabra, el que nos habilita para llamar a Dios PADRE, el que hace perpetuar la acción de gracias en la fracción del Pan, el que mantiene la unidad de los creyentes en torno a Jesús.
"El Espíritu Santo prepara a los hombres, los previene por su gracia, para atraerlos hacia Cristo. Les manifiesta al Señor Resucitado. Les recuerda su Palabra y abre su mente para entender su Muerte y resurrección. Les hace presente el misterio de Cristo, sobre todo en la Eucaristía para reconciliarlos, para conducirlos a la comunión con Dios, para que den mucho fruto".
La Iglesia es Apostólica
Los Apóstoles fueron los encargados por Jesús para edificar la Iglesia, ellos hicieron muy bien el trabajo encomendado y la construyeron sobre un gran fundamento: Jesús.
La Iglesia hoy es Apostólica porque se mantiene en la fe recibida de los Apóstoles y por lo tanto en comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los Apóstoles comprendieron que su misión no era solamente por corto tiempo, entonces escogieron a algunos discípulos para que continuaran después de ellos la misma misión; éstos son hasta hoy los obispos.
Ministerios, Carismas y Servicios
El Espíritu Santo con su gracia es el primero que nos despierta en la fe y nos inicia en la Buena Nueva. Gracias a su luz y a sus dones podemos prestar en medio de su pueblo diversidad de servicios. San Pablo nos recuerda que el Espíritu da a cada uno dones y carismas según la gracia de Dios. "A unos hace Apóstoles, a otros profetas, a otros pastores y doctores. Todos para la edificación del Cuerpo de Cristo hasta que lleguemos a la unidad de la fe y al pleno conocimiento del Hijo de Dios".
Hoy el Espíritu Santo continúa animando a la Iglesia con sus dones y carismas, nuestra tarea como jóvenes es descubrir con qué dones y carismas debemos ayudar a construir el cuerpo de Cristo, la Iglesia, para que ella sea sal y luz para el mundo.
Un Ministerio es un carisma o don del Padre, por el Hijo, en el Espíritu Santo que hace a su portador apto para enseñar determinadas actividades y servicios. Pero no todo carisma es ministerio, solo puede considerarse ministerio el carisma que en la comunidad y para la misión de la Iglesia y el mundo asuma la forma de servicio bien determinado, envuelva un conjunto más o menos amplio de funciones, responda a exigencias permanentes de la comunidad y de la misión, se asuma establemente, comporte una verdadera responsabilidad y sea acogido y reconocido por la comunidad eclesial. El ministerio es una acción pública y oficial de la Iglesia, que convierte a su portador en grado mayor o menor, en su representante.
"La misión salvífica de la Iglesia en el mundo, es llevada a cabo no sólo por los ministros en virtud del sacramento del Orden, sino por todos los fieles laicos". El Espíritu Santo es generoso en la donación de carismas y ministerios en la Iglesia, Él santifica al Pueblo de Dios, lo guía y lo adorna con virtudes, no sólo por medio de los sacramentos y de los ministerios ordenados, sino también distribuyendo en cada uno los propios dones, como Él mismo quiere. Da a todos los fieles gracias especiales, que los hace aptos y preparados para asumir tareas y servicios útiles a la renovación y mayor extensión de la Iglesia. Este ejercicio de los carismas y ministerios demuestra la madurez de la comunidad cristiana.
La diferencia entre servicio y ministerios radica en que el ministerio implica siempre mayor o menos representatividad de la Iglesia, y compromiso de las autoridades eclesiales, correspondientes en relación con la persona que lo ejerce. Por otro lado, no toda actuación cristiana social o política puede ser considerada ministerio. Los servicios cristianos no deben llamarse ministerios, porque no se necesita designación o reconocimiento alguno para testimoniar la fe en el mundo...
La comunidad cristiana es madura en la medida en que ofrece espacios y valora todos los carismas de las personas que hacen parte de ella. De esta forma vive la corresponsabilidad en la Vida y misión de la Iglesia y no reduce la acción de los fieles laicos a una simple colaboración.
Distinción de los Ministerios
El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial están muy relacionados el uno con el otro, sin embargo, su base sacramental es distinta, el Bautismo uno y el Orden el otro. Por tanto, su función es distinta dentro de la Iglesia. Por ser distintos no significa que sean separados, porque lo básico es el sacerdocio común.
La sacramentalidad de la Iglesia es el fundamento de su ministerialidad. Sus siete sacramentos son ámbito específico y particular en los cuales los fieles encuentran su razón y espacios para los servicios, oficios y ministerios.
Se puede hablar entonces de ministerios que derivan del Sacramento del Orden: "Ministerios ordenados" y ministerios que derivan del Bautismo, la Confirmación y el Matrimonio: "Ministerios Laicales". Es importante no definir los ministerios laicales negativamente, como aquellos que no son clérigos, sino positivamente, como fieles cristianos que habiendo sido incorporados por Cristo por el Bautismo y constituidos en Pueblo de Dios, a su modo de ser propio, participan de la triple misión de Cristo.
¿Quiénes formamos la Iglesia?
La Iglesia la formamos todos los que hemos sido convocados por el Espíritu Santo el día de nuestro Bautismo.
En la Iglesia el Espíritu Santo llama a cada uno para encomendarle un servicio o ministerio. Aquí todos somos servidores de la comunidad y servimos a la unidad.
"El Papa es la cabeza de todos los obispos y de toda la Iglesia, es el sucesor de Pedro, Vicario de Cristo, es el centro de la unidad visible de toda la Iglesia, es el primer Maestro de la fe". Los obispos, sucesores de los Apóstoles, fueron instituidos por Cristo como signos vivos de su presencia. Los presbíteros y diáconos son consagrados por el Obispo para colaborar en su misión de guiar al pueblo. A demás de estos ministerios que se llaman jerárquicos, existen en la Iglesia otros ministerios realizados por mujeres y hombres laicos, no ordenados, sino instituidos para la edificación de la Iglesia.
Comprende este vídeo sobre la Jerarquía de la Iglesia:
4. ACTUEMOS:
Te vas a acercar a tu parroquia y vas a buscar al Padre. Cuando estés con él pregúntale qué Ministerios viven los fieles laicos al Servicio de la Iglesia y cómo los reciben. Toma nota de lo que él te diga.
5. CELEBREMOS NUESTRA FE:
El catequista también es un ministro que pone su carisma al servicio de la Iglesia. Te invitamos a que hagas una oración por tu catequistas. Pídele a Dios que lo cuide, dale gracias por esa persona que te educa en la fe. Ofréceselo para que siga desempeñando de la mejor manera su ministerio al servicio de la Iglesia de Dios.
6. MANOS A LA OBRA:
Esta semana vas a observar a tu familia. Analiza bien lo que ellos hacen y cómo lo hacen. y luego relaciona qué tipo de servicios ellos prestan y que ayudan para la construcción de un buen hogar y para el desarrollo del mundo y la sociedad.
BENDECIDA SEMANA PARA TODOS.
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