Oremos:
Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envíanos Señor tu Espíritu de alegría. Y todas las cosas serán creadas y renovarás la faz de la tierra... Oh Dios que nos has dado en los Sacramentos una prueba de tu gran amor hacia nosotros, invitándonos a permanecer unidos a ti... Concédenos la alegría necesaria para celebrar cada uno de los Sacramentos y muy especialmente para celebrar nuestra Confirmación con el gozo juvenil que tu Espíritu nos da. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
1. EN SINTONÍA:
Vas a realizar una Sopa de Letras con los siete Sacramentos (Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Confesión, Matrimonio, Orden Sacerdotal, Unción de los enfermos) y se la vas a entregar a alguno de tus familiares o amigos. Una vez haya encontrado los siete Sacramentos, le preguntarás qué significa cada uno de ellos y cómo los aplica en su vida... Nota: Envía foto de esa sopa de letras a tu catequista.
2. ESCUCHEMOS A DIOS:
Busca en tu Sagrada Escritura la CARTA DE SANTIAGO 5, 14-20. Léela muy detenidamente y luego responde en tu cuaderno: - ¿A qué Sacramentos hace referencia el texto?
- ¿Qué signos aparecen en este texto?
- ¿Qué recomendaciones hace el Apóstol en este texto?
- ¿Cómo asocias este texto a tu vida?
Complementemos el texto con este vídeo:
3. PARA PROFUNDIZAR:
Sabemos que la Iglesia continúa obrando los signos de Cristo, a través de los Sacramentos, ya que ellos fueron instituidos por Él para hacerse presente entre nosotros y para comunicarnos su vida divina.
Santiago en su Carta hace referencia a la unción de aceite y al perdón de los pecados como signos de la presencia de Dios en medio de nosotros. Estos signos aparecen hoy en la Iglesia como signos sacramentales que comunican la gracia de Dios y nos comprometen a dar una respuesta en la comunidad y en la vida diaria.
¿Qué son son Sacramentos?
"Son las acciones principales y fundamentales con las cuales Cristo da continuamente a sus fieles la gracia de su Espíritu, haciendo de ellos un pueblo santo", "fuerzas que salen del cuerpo de Cristo siempre vivo y vivificante, acciones del Espíritu Santo operante en su cuerpo que es la Iglesia", "cuya eficacia deriva sólo del Espíritu Santo porque Él transforma siempre lo que toca".
Los Sacramentos forman parte de nuestra vida porque siempre que los celebramos nos encontramos con la Persona de Cristo. "Es Cristo el que perdona, el que bautiza el que ofrece".
Los Sacramentos son presencia de Cristo
"Los Sacramentos son signos eficaces de la gracia, instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia por los cuales nos es dispensada la vida divina". Los ritos visibles bajo los cuales los Sacramentos son celebrados significan y realizan las gracias propias de cada sacramento. Dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones requeridas.
Jesús resucitado actúa en medio de nosotros y sigue animando la Iglesia con la fuerza del Espíritu Santo. Mientras estuvo con nosotros, Jesús utilizó muchos signos para mostrarnos el amor del Padre, estos signos fueron asumidos por sus discípulos quienes a su vez los comunicaron a la Iglesia. Hoy Jesús, a través de la Iglesia, continúa comunicándonos su amor a través de estos signos que son los Sacramentos.
Estos Sacramentos constituyen los grandes momentos de la vida de fe; son signos de la fe. "La alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y cosas; por eso se llaman Sacramentos de la fe". Los Sacramentos de la Iglesia son hechos salvíficos que significan, producen y nos dan la gracia, actualizando la salvación.
Los siete Sacramentos
La Iglesia es Sacramento de Cristo y en ella nos ofrecen siete signos o siete Sacramentos que significan presencia viva de Cristo. La Iglesia por medio de los Sacramentos nos da la vida de hijos de Dios, nos hace miembros de la familia de Dios. Estos siete Sacramentos en la Iglesia se conocen como Sacramentos de Iniciación, de Sanación y de Servicio. Ellos corresponden a las etapas y momentos importantes de nuestra vida.
Los Sacramentos de Iniciación Cristiana son tres
El Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación, en estos tres Sacramentos se ponen los fundamentos o la base de toda vida cristiana. Tienen una cierta semejanza con el origen, el crecimiento y el sustento de la vida natural. El Bautismo nos hace hijos de Dios y partícipes de la vida de la gracia; con el Sacramento de la Confirmación, los fieles renacidos en el Bautismo se fortalecen, y finalmente, son alimentados en la Eucaristía con el manjar de la vida eterna. Así por medio de estos Sacramentos de la Iniciación Cristiana, reciben cada vez con más abundancia los tesoros de la vida divina y avanzan hacia la perfección de la caridad.
El Bautismo: Para cada uno de nosotros el nacimiento es un día muy importante y lo recordamos cada año con especial agrado. El Bautismo es el nacimiento a la vida en Cristo. Nos hacemos parte de una gran familia que es la Iglesia. En el Bautismo se recibe la gracia de la vida sobrenatural. "El Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, es el pórtico de la vida en el Espíritu, y a demás es la puerta que nos abre el acceso a los demás sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia, haciéndonos partícipes de su misión".
La Confirmación: En muchas culturas se celebra con especial dedicación la entrada del adolescente a la vida adulta en la sociedad. Con la Confirmación se celebra en la Iglesia la entrada a la madurez cristiana, por eso este Sacramento no se celebra con niños, sino con jóvenes y adultos. Al celebrar este Sacramento estamos reafirmando, consolidando más muestra fe. Es el Sacramento de la madurez cristiana porque nos hace testigos de Él, no solo con palabras sino también con obras.
La Eucaristía: Para sobrevivir, el hombre necesita el alimento. Las comidas generalmente son el marco para la celebración de la vida y la amistad. La Eucaristía es el signo de la comunión con Cristo y con los hermanos. Cristo mismo se da para fortalecer la vida. La Eucaristía es la gran fiesta de los cristianos. Es el Sacramento por excelencia, porque en Él se encuentra Cristo presente, Él es fuente de todas las gracias. La Eucaristía es fuente y cumbre de toda la vida cristiana. También se le llama Banquete del Señor, porque es la Cena que Cristo celebró con sus Apóstoles justo antes de comenzar la Pasión.
Sacramentos de Sanación
El Señor Jesucristo, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió la salud del cuerpo, quiso que su Iglesia continuase, en la fuerza del Espíritu Santo, su obra de curación y de salvación. Esta es la finalidad de los dos sacramentos de curación: del Sacramento de la Penitencia y del Sacramento de la Unción de los enfermos.
La Reconciliación o Penitencia: Nuestra debilidad inclinada frecuentemente al pecado hace que rompamos nuestros lazos de amistad con Dios, con los hermanos y con las cosas creadas. Nos separamos del proyecto de Dios y entonces somos infelices. La Reconciliación es el signo querido por Cristo para devolvernos la alegría completa y por ende la felicidad. Este Sacramento nos hace posible reconciliarnos con Dios, con los hermanos, con la creación, a través del arrepentimiento y el perdón que Dios nos concede por medio del Sacerdote.
La Unción de los enfermos: El hombre es limitado y su vida es pasajera. Se apega fácilmente a las cosas de la tierra y distrae su atención de las cosas del cielo. La Unción es el Sacramento de la salud del espíritu y del cuerpo, nos prepara para el segundo encuentro con Dios, nos ayuda a aumentar la esperanza en la resurrección. Cristo invita a sus discípulos a seguirle tomando a su vez su cruz. Siguiéndole adquieren una nueva visión sobre la enfermedad y sobre los enfermos. Jesús los asocia a su vida pobre y humilde. Los hace participar de su ministerio de compasión y curación.
Sacramentos de Servicio a la comunidad
El Orden y el Matrimonio están ordenados a la salvación de los demás. Contribuyen ciertamente a la propia salvación, pero esto lo hacen mediante el servicio que prestan a los demás. Confieren una misión particular en la Iglesia y sirven a la edificación del Pueblo de Dios.
El Orden Sacerdotal: Es el Sacramento que promueven los puentes entre Dios y los hombres, y entre los hombres con sus hermanos. Este Sacramento es el signo de la configuración con Cristo-Cabeza para poner la vida al servicio de la humanidad entera.
El Matrimonio: En la unión sacramental del hombre y la mujer cuando se comprometen a vivir en la presencia de Dios, en amor y fidelidad. El Matrimonio hace presente a Dios en el otro y es garantía divina de esta experiencia amorosa de los esposos.
Los Sacramentos para nosotros
Los Sacramentos son para el cristiano hoy expresiones vivas del amor de Dios, que se celebran a través de la acción del Espíritu Santo, el cual no solo hace posible el Sacramento, sino que nos permite a cada uno acoger los misterios de Dios. Es el Espíritu Santo quien nos hace comprender que estos Sacramentos son celebraciones comunitarias, porque son de la Iglesia, y nos anima a vivirlas en comunión. Al mismo tiempo que nos ayuda a entender que los Sacramentos son signos claros de la Alianza que Dios sigue pactando con nosotros hoy.
Comprende también el sentido Bíblico de cada uno de los sacramentos con este vídeo:
4. ACTUEMOS:
Con el permiso de tus padres, vas a ir hasta tu parroquia y vas a buscar a uno de los Sacerdotes. Cuando estés con él le vas a pedir que te diga cuáles son los signos visibles de cada uno de los sacramentos que acabamos de ver... Anota su respuesta en tu agenta y al final escribe el nombre del Padre que te dio la información.
5. CELEBREMOS NUESTRA FE:
De manera pausada y con calma, realiza la siguiente oración:
Gracias Señor, por las señales que nos regalas, porque son signos de tu presencia en nuestras vidas. Gracias porque has permitido que nuestros padres nos bautizaran y nos hayan hecho hijos tuyos. Gracias por alimentarnos con tu cuerpo y tu sangre en la Eucaristía. Gracias por abrazarnos y perdonarnos cada vez que nos alejamos de ti. Gracias por llamarnos a recibir más plenamente el Espíritu Santo. Cuánto amor para con nosotros, por todo esto te decimos: Te damos gracias Señor. Amén.
6. MANOS A LA OBRA:
Realizarás durante esta semana el siguiente ejercicio: - Participarás de la Eucaristía en tu parroquia todos los días.
- Escribirás una carta a un joven que no es católico. En esa carta le dirás la importancia de los Sacramentos y por qué debemos recibirlos.
Dios los bendiga en esta semana
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