TEMA #9. FORTALECIDOS EN EL ESPÍRITU
Llegaremos a la meta:
Al terminar este encuentro que te sigue preparando para el Sacramento de la Confirmación, tú podrás haber entendido: 1) Quién es el Espíritu Santo; 2) Cómo se ha manifestado el Espíritu Santo a lo largo de la historia de la salvación; 3) la necesidad de pedir la asistencia del Espíritu Santo para tu vida.
Cantemos:
Con este canto pidamos esa maravillosa asistencia del Espíritu Santo:
tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=2mBa2qbZ5ck
Oremos:
Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones y enciende en nosotros el fuego de tu amor. Envíanos Señor tu Espíritu de piedad... Y las cosas serán creadas y renovarás la faz de la tierra. Oh Dios que has derramado tu Espíritu Santo sobre la humanidad como prueba de tu amor, y haces brotar agua viva en nuestros corazones, concédenos que este mismo Espíritu llene nuestra vida joven y nos conduzca a las fuentes de salvación. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
1. EN SINTONÍA:
Busca imágenes diferentes del Espíritu Santo (Paloma, Fuego, Viento, Luz, etc) y ubícalas de manera ordenada a tu gusto; agrega a ese collage imágenes de los signos de la Confirmación (fuego, el saludo de paz, el color rojo, el Crisma).
Regálale ese collage a un compañero o compañera que tú sabes que también se está preparando para recibir el Sacramento; es un signo y motivo para que se animen mutuamente en el Espíritu a recibir al Señor en plenitud.
Nota: Antes de regalar el collage, tómale una foto y envíasela a tu catequista.
2. ESCUCHEMOS A DIOS:
Busca en tu Biblia HECHOS DE LOS APÓSTOLES 2, 1-13. Léelos detenidamente, fíjate en todo lo que narra el texto y luego responde:
- ¿Qué sucedió el día de Pentecostés?
- ¿Qué apareció sobre los discípulos?
- ¿De qué quedaron llenos?
- ¿Qué signos se dieron entre los discípulos?
- ¿Qué actitud tomó la gente ante estos signos?
Complementa la reflexión sobre el texto con el siguiente vídeo:
tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=38R9zb7A2G8
3. PARA PROFUNDIZAR:
La promesa de Jesús
Jesús promete el Espíritu Santo a sus discípulos y esta promesa se hace realidad, se cumple al enviar al Espíritu Santo 50 días después de la Pascua. Él sabía bien lo que significaba la fiesta de Pentecostés para los judíos, por eso aprovecha esta fiesta del Antiguo Testamento que les recordaba el pacto o alianza de Dios con el Pueblo en el desierto, para confirmar o renovar esta Alianza de amor por una Nueva y Eterna.
Los primeros cristianos que eran judíos, celebran esta fiesta. Se reunían para agradecer a Dios los beneficios que continuamente recibían. En este contexto es derramado el don del Espíritu Santo, porque es el Espíritu quien renueva la Alianza de Dios con los hombres.
Por qué Jesús promete el Espíritu Santo
Jesús no revela plenamente el Espíritu Santo antes de ser glorificado, pero durante su vida pública poco a poco lo fue sugiriendo hasta prometerlo abiertamente a sus discípulos.
Jesús sabe que Él y el Espíritu Santo son inseparables, por eso cuando habla a Nicodemo le dice que hay que nacer del Espíritu, porque Él ha nacido del Espíritu. A la samaritana le habla del don de Dios y del agua viva. Y a los judíos en la fiesta de los tabernáculos les dice: "el que tenga sed que venga y beba y de su interior brotarán ríos de agua viva".
Hoy también esa promesa del Señor se sigue cumpliendo, se hace regalo, el Espíritu viene para hacer morada en cada uno, tenemos que acogerlo. Toda la vida de Jesús estuvo animada por el Espíritu, por eso quiere comunicar esa experiencia a sus discípulos hablándoles abiertamente de Él. Cuando ya se acerca su hora les dice: "si me aman obedecerán mis mandamientos; y yo pediré al Padre y Él les dará otro Consolador, el Espíritu de la Verdad". "Les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Espíritu Consolador no vendrá a ustedes".
Quién es el Espíritu Santo
Cuando proclamamos en el Credo que creemos en el Espíritu Santo, estamos profesando que El es una de las Personas de la Santísima Trinidad. Aquel al que el Padre ha enviado a nuestros corazones, el Espíritu de su Hijo, es realmente Dios. Igual el Padre y el Hijo, es inseparable de ellos, tanto en la vida íntima de la Trinidad como en su don de amor para el mundo. Cuando el Padre envía a su Hijo, envía también su aliento: el Hijo y el Espíritu son distintos pero inseparables. Sin ninguna duda, Cristo es quien se manifiesta, imagen visible del Dios invisible, pero es el Espíritu Santo quien lo revela.
El Espíritu Santo es Dios. Es Señor y Dador de vida. Es "la Persona Divina a través de la cual Dios Padre, infunde la vida. Él es el último toque a través del cual Dios alcanza a sus criaturas y las salva de la no existencia y las condice a su plenitud". Así, estar en el Espíritu equivale a estar en la vida.
El Espíritu Santo es el último en la revelación de las personas de la Santísima Trinidad, y creer en el Espíritu Santo es creer en Dios Uno y Trino. El Espíritu Santo coopera con el Padre y el Hijo desde el comienzo mismo de la creación y está con ellos hasta la consumación de los siglos.
El Espíritu Santo es la unión amorosa del Padre y el Hijo, y como signo de la comunión, une al Pueblo de la Alianza que es hoy la Iglesia. el Espíritu es quien da a la Iglesia un solo corazón y una sola alma. Él es la fuerza de Dios que actúa en nosotros cuando nos comprometemos en la construcción del Reino de Dios.
El Espíritu Santo recibe diversidad de nombres
Jesús cuando anuncia y promete la venida del Espíritu Santo, le llama el "paráclito o defensor"; "paráclito" se traduce también por "Consolador o abogado". El mismo Señor llama al Espíritu: "Espíritu de Verdad". En el Libro de los Hechos y en las Cartas de los Apóstoles, en San Pablo se encuentran los siguientes apelativos: el Espíritu de la Promesa; el Espíritu de Adopción; el Espíritu de Cristo; el Espíritu del Señor; el Espíritu de Dios; el Espíritu de Gloria.
Signos del Espíritu
También tiene diversidad de signos con los cuales lo hemos visto manifestarse; los más mencionados en la sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia son:
- Agua: es condición esencial para la vida. El agua hace crecer y desarrollarse, refresca y purifica. No podemos vivir sin ella.
- Fuego: es amor, ardor de corazón. Es el calor de Dios que alegra la vida y quita el miedo, es el que impulsa y fortalece.
- Nube y luz: la nubes es presencia de Dios cercanía de Dios con el hombre.
- Paloma: Es el amor, es la paz. Es la humildad silenciosa. No es ruidosa ni busca llamar la atención, es paciente, es sencilla, Jesús la pone como ejemplo de imitar.
- Unción: es elección, es servicio, es confirmar y sellar un pacto, es fortalecer, es potencia e identificación.
- Sello: es el carácter indeleble (imborrable) de la unción. Es la marca de Dios.
- Viento: es el soplo de Dios con el que comunica su vida.
Por ser Espíritu (soplo, viento) no se ve, a Él se le reconoce por sus obras: perfecciona, defiende, enseña, aboga, ilumina, impulsa, anima...
La Sagrada Escritura nos muestra que el Espíritu Santo ha estado manifestándose a través de la historia. Es así como desde la creación ya se encuentra presente. Luego, acompaña y guía al pueblo de Israel en su camino de liberación de esclavitud. A los profetas comunica el valor para denunciar el pecado y anunciar el querer de Dios. También en el Nuevo Testamento encontramos manifestaciones del Espíritu Santo en Jesús y en las comunidades cristianas.
El Espíritu Santo se manifiesta en Jesús
En la Encarnación, en la visita de María a Isabel, en el Bautismo. Después del Bautismo es conducido por el Espíritu al desierto, y de allí se lanza a realizar su misión, con la fuerza del Espíritu Santo. Con esta misma fuerza regresa a Galilea y entra en la sinagoga. Por la acción del Espíritu Santo realiza prodigios, habla con autoridad y finalmente resucita de entre los muertos.
El Espíritu Santo se manifiesta hoy
La vida de los cristianos está sostenida por los dones del Espíritu Santo. Estos son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir los impulsos de este mismo Espíritu.
Los siete dones del Espíritu Santo son: Sabiduría; Inteligencia; Consejo; Ciencia; Piedad; Fortaleza; Temor de Dios. Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David. Completa y lleva a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.
Cuando se habla de Don, se hace referencia a que es un regalo, es decir, se da de manera gratuita. Los dones y los frutos del Espíritu Santo son manifestación de ese espíritu en nuestra vida, son regalos que hemos recibido desde el día del Bautismo y que comunica la vida de Dios y obran en el creyente con efectividad. El regalo ,más grande que Jesús nos da es su propio Espíritu, Él es la vida y la fuerza de Dios que nos asiste con sus dones.
Los dones del Espíritu Santo
Sabiduría: Nos capacita para penetrar en el misterio de Dios y para trabajar por nuestra santificación. Un catequista se siente entusiasmado con su trabajo, prepara muy bien los encuentros con los catequizandos, es creativo, inventa cada vez nuevas formas para explicar el Evangelio: le acompaña el don de Sabiduría.
Entendimiento: Nos orienta toda la existencia hacia Dios. Nos ayuda a reconocer y aceptar la presencia de Dios en nuestra vida.
Consejo: Nos abre los ojos ante la vida y nos orienta para juzgar lo que conviene en cada paso que damos.
Ciencia: Nos ayuda a comprender la presencia de Dios en las realidades humanas y a valorarlas en la justa medida.
Temor de Dios: es el amor respetuoso por el amado. Nos hace tener para con Dios una actitud de hijos, amándolo con respeto y demostrándole que aceptamos su plan.
Fortaleza: Nos capacita para ser valientes en el cumplimiento de la voluntad de Dios.
Piedad: Nos da la orientación para establecer nuestra relación con Dios y con los hermanos.
Los frutos del Espíritu
El árbol se conoce por sus frutos. El Espíritu Santo se manifiesta también haciendo en el hombre que reciba en su corazón los dones del Espíritu Santo, produzca los frutos propios del Espíritu: Caridad, Alegría, Paz, Mansedumbre, Perdón, Amabilidad, Fe, Dominio de sí, Paciencia, Humildad, Bondad.
Te dejamos dos vídeos que te ayudarán a entender mejor los Dones y los Frutos del Espíritu:
tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=WdMqss3bhZg
tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=4PBN2wXS9ZU
4. ACTUEMOS:
Ten a la mano tu Biblia, te vamos a dejar algunas citas bíblicas para que las busques y en una frase escribas a qué hace referencia esa cita con relación al Espíritu Santo.
- Juan 14,15-17.
- Juan 3,5-8.
- Juan 7,37-39.
- 1 Corintios 3,16.
- Gálatas 4,6.
- Juan 14,16.
- Primera Carta de Juan 2,1.
- Juan 16,13.
- Primera Carta de Pedro 4,14.
- Ezequiel 36,25.
- Lucas 12,49.
- Éxodo 40,36-38.
- Juan 2,32.
- Lucas 4,18.
- Carta a los Efesios 1,13.
- Génesis 2,7.
- Lucas 6,44.
- Carta a los Gálatas 5,22.
5. CELEBREMOS NUESTRA FE:
Señor, creemos que Tú nos regalas tu Espíritu, creemos que Tú nos has llamado a confirmar y renovar nuestra fe. Hoy a través de este signo nos colocamos en tus manos para que nos fortalezcas con tus dones, que Tú llenes nuestros vacíos y con la luz de tu Espíritu ilumines nuestras sombras y despejes nuestras dudas. Escucha nuestros gritos que claman tu venida. Ven Señor, ven Espíritu Divino. Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu y renueva la faz de la tierra. Oh Dios que llenas los corazones de tus fieles con la Luz de tu Espíritu Santo; concédenos que guiados por el mismo Espíritu, sintamos con rectitud y gocemos siempre de tu consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
6. MANOS A LA OBRA:
Únicamente te queremos invitar a que vivas de la mejor manera esta Semana Santa que comienza. Procura asistir a las celebraciones, déjate mover por el Espíritu para que en esta contemplación de los Misterios de Cristo puedas sentir cómo tu vida cambia y se renueva en Dios.
Bendecida y buena semana para todos.
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