TEMA #27. DIGAMOS SIEMPRE LA VERDAD: (Segundo y Octavo Mandamiento)
A ser conscientes de que debemos ser siempre auténticos, decir siempre la verdad, para ser cada día más parecidos a Jesús y descubrir en esos actos de sinceridad el amor de Dios como nuestro Padre.
- ¿Qué hacía Juanito todos los días?
- ¿Qué reacción tenían los aldeanos?
- ¿Cómo termina la historia?
- ¿Qué pasa con aquél que engaña siempre a los demás?
- ¿Qué personajes aparecen en el texto?
- ¿Qué le preguntó Pilato a Jesús?
- ¿De dónde es el Reinado de Jesús?
- ¿Para qué vino Jesús?
- ¿Qué explicación da Jesús sobre su Reino?
- ¿Quiénes son los que pertenecen a la verdad?
La verdad como rectitud de la acción y de la palabra humana, tiene por nombre veracidad, sinceridad o franqueza. La verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse veraz en los propios actos y en decir verdad en sus palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía. La mentira trae como consecuencia la corrupción a todos los niveles, desde la familia hasta las más altas esferas del gobierno y de la sociedad.
Dios es la Verdad misma, sus palabras no pueden engañar. Por ello el hombre se puede entregar con toda confianza a la verdad y a la fidelidad de la Palabra de Dios en todas las cosas. El comienzo del pecado y de la caída del hombre fue una mentira del tentador que indujo a dudar de la palabra de Dios, de su benevolencia y de su fidelidad.
Jesús vino a dar testimonio de la verdad, para eso nació y vino al mundo. Los jefes judíos no podían soportar la verdad que Jesús nos vino a traer, habían inventado un Mesías a la medida de sus intereses y la fe se limitaba a una infinidad de prácticas. Los pobres, los sencillos, los pecadores que estaban alejados del templo, descubrieron en Jesús la verdad, que para llegar a Dios sólo bastaba un corazón creyente y arrepentido, una actitud de amor a Él y a los demás, y el cumplimiento de su voluntad (Ver Mt 7,21). Por este encuentro con Jesús se convirtieron en discípulos suyos.
Pilato no fue capaz de testimoniar por sí mismo que Jesús era rey. Apreciaba mucho el poder y temía perderlo y prefirió la muerte de un inocente a dejar su condición política y social. Jesús, siempre dio testimonio de quien era Él, además, enseñaba con autoridad y hacía muchos milagros.
Jesús nos habló también acerca del juramento (Ver Mt 5, 33-37). Nos indicó que es mejor no jurar porque nuestra palabra debe ser cierta: decir sí, si es sí y decir no, cuando es no. Todo lo demás viene del mentiroso y engañador, del demonio. A veces le piden a uno jurar para declarar ante un juez. Allí no podemos mentir porque Jesús enseña que todo juramento implica una referencia a Dios y que la presencia de Dios y de su verdad debe ser honrada con nuestra palabra.
Muchos han sufrido el martirio por ser fieles a Dios y decir la verdad. No dar testimonio de lo que creemos es una infidelidad a Dios. No podemos disimular nuestra fe aunque perdamos prestigio o nos hagan burla. No debemos avergonzarnos de quien decimos que amamos sobre todas las cosas. El cristiano es ante todo testigo, da testimonio de la verdad de Cristo. No debe “avergonzarse de dar testimonio del Señor” (2 Tm 1,8). El mártir (testigo) da testimonio de Cristo muerto y resucitado, da testimonio de la verdad de la fe y de la doctrina cristiana.
Nadie puede violar la conciencia de otro para exigirle un juramento cuando se persigue dañar la dignidad de alguna persona. Por eso no podemos invocar el nombre de Dios para ponerlo como testigo de una mentira, es un pecado grave. Recordemos siempre que hemos sido bautizados en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y que por esto hemos sido santificados.
Nuestro nombre nos representa ante los demás y nos identifica y por eso exige respeto. Con mayor razón, el nombre de Dios deber ser respetado.
Como seguidores de Jesús, nosotros tenemos que ser como Él, limpios de corazón, sin dobles intenciones, decir sí, cuando es sí y no, cuando es no. La verdad nunca nos debe avergonzar.
El ser humano por naturaleza busca la verdad y además tiene la obligación moral de hacerlo. Los seres humanos “no podrían vivir juntos si no tuvieran confianza recíproca, es decir, si no se manifestasen la verdad”.
Complementa lo anterior con este vídeo:
Tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=Xt0be1xX-rU
4. OBRAS SON AMORES:
Te invitamos a que mires un poco la realidad, el mundo en el que nos encontramos actualmente. Mira las conductas de las familias, de los esposos, novios, jóvenes, niños, políticos, médicos, la economía, la salud, la Iglesia, en fin, todo lo que más puedas.
Habiendo hecho esa panorámica, ¿Cuáles crees que son las mentiras más comunes que la sociedad dice hoy en día? ¿Por qué las dirán? ¿Qué le puedes decir tú a esas personas o a alguien que tú descubras que no habla o actúa con la verdad?
5. CELEBREMOS CON ALEGRÍA:
Vas a dedicarle un buen momento al Señor en la oración persona. Te invitamos para que te ayudes del salmo 118, completo. Y a través de este Salmo puedas dialogar de la mejor manera con Dios que siempre te escucha.
6. CON TU FAMILIA:
Vas a realizarle una encuesta a tu familia usando las mismas preguntas que usamos en el punto 4:
¿Cuáles crees que son las mentiras más comunes que dice la sociedad hoy en día?
¿Por qué las dirán?
¿Qué le puedes decir tú a esas personas o a alguien que tú descubras que no dice o actúa con la verdad?
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