TEMA #20. SEAMOS PERFECTOS
Tomado de: https://www.google.com/search?q=LAS+VIRTUDES&tbm=isch&hl=es&chips=q:las+virtudes,g_1:humanas:hj73gIE8cBo%3D&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwil2Yn88tzrAhVUVVkKHfXyCZ4Q4lYoA3oECAEQGw&biw=1349&bih=608#imgrc=2IdngxeqEGO5zM&imgdii=NwD0FHbT1L1geM
¿A dónde queremos llegar?
A conocer qué virtudes existen para pedirlas a Dios y llevarlas a la práctica en mi camino hacia la perfección. Debemos ser jóvenes de virtudes vivas y en marcha hacia la santidad. Ir en contra de muchas cosas que ofrece el mundo pero en donde los valores y virtudes están perdidas. Siempre hemos de buscar los buenos caminos que nos lleven a la buena vida: la vida en Dios.
Las virtudes vencen lo malo de nosotros. Es la fuerza de Dios en nuestras vidas. Escucha el siguiente canto.
Recordemos los valores y virtudes que hemos visto en el tema anterior. Para recordarlas y seguir aprendiéndolas lo haremos a través de este encadenado.
- ¿Qué pide San Pablo?
- ¿Qué se debe hacer en cualquier situación?
- ¿Qué debe tener en cuenta todo ser humano para obrar?
- De las virtudes del paso MIREMOS LA VIDA, ¿Cuáles menciona el texto bíblico?
Ya hemos visto que es una virtud, pero necesitamos clasificarlas. Algunas son más importantes que otras, pero todas son necesarias para que el hombre sea íntegro y maduro en su obrar.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos presenta una clasificación. Existen las virtudes humanas, que tienen que ver con uno mismo y con los demás seres humanos, son más propias del hombre debido a sus capacidades y las virtudes teologales, que tienen que ver con la relación con Dios.
Virtudes humanas: son disposiciones o hábitos propios del entendimiento y la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta en conformidad con la razón y la fe. Ayudan a llevar una vida moralmente buena. Las virtudes morales se adquieren por las fuerzas humanas.
Hay cuatro virtudes que son fundamentales y orientan
a una auténtica vida moral por eso se llaman cardinales. Estas son:
La prudencia: es la capacidad de la razón que indica qué es lo que debemos hacer en cada momento según las circunstancias, orientando a elegir el verdadero bien y a buscar los medios para conseguirlo. También ayuda a evitar el mal, es guía de las demás virtudes indicándoles regla y medida.
La justicia: consiste en la firme y constante voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les corresponde. A Dios debemos honrarlo y adorarlo. Al hombre debemos respetarlo y ayudarle en lo que necesite. La justicia dispone a respetar los derechos de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las demás personas y al bien común.
La fortaleza: es el hábito que asegura que seamos firmes y constantes en la búsqueda del bien, aun en medio de las dificultades que conlleva.
La templanza: es
el hábito que modera la atracción de los placeres, asegura el dominio de la
voluntad sobre los instintos y procura el equilibrio en el uso de los bienes
creados.
Virtudes teologales: se refieren directamente a Dios y dadas por Él. Por ellas nos relacionamos con Él auténticamente y adquirimos motivaciones esenciales y fuerza para poder practicar las demás virtudes. Son características propias de los cristianos:
Fe: por ella creemos en Dios y en todo lo que Dios nos ha revelado y que la Santa Iglesia nos propone. Es la confianza total en Dios que lleva al hombre a entregarse enteramente en Él y hacer su voluntad. Por la fe el hombre da testimonio y profesa lo que cree. La fe también es un DON, un regalo de Dios, que por la acción del Espíritu, se da en el hombre y al mismo tiempo es una respuesta del hombre al amor de Dios, es decir ha de manifestarse en obras concretas. El que quiere ser discípulo de Cristo no debe sólo guardar la fe y vivir de ella, sino también profesarla en las celebraciones, testimoniarla con firmeza y con buenas costumbres, y difundirla, esto es, dándola a conocer a todos los que nos rodean.
Esperanza: es la virtud por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida plena y completa en Dios, expresión del anhelo de felicidad propio de todo hombre, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo. Como su nombre lo indica, consiste en esperar una realidad nueva y diferente a la que vivimos que Dios nos ha prometido y que solo será realizada por Él y en Él.
Caridad: es
la virtud por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y al
prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios. Es la más importante y en ella
están contenidas todas las demás pues amando es que podemos obrar el bien para
agradar a Dios y respetar al hermano. Cristo nos ha demostrado que Dios es Amor
dando su vida por amor a nosotros, por eso, estamos llamados a cumplir el
mandamiento nuevo y principal: amar.
Todas las virtudes están animadas y sostenidas por la acción del Espíritu Santo que se manifiesta a través de los dones y frutos del Espíritu Santo, que nos impulsan a ser verdaderos cristianos virtuosos.
No olvidemos que quienes nos hemos encontrado con
Cristo debemos ser sus discípulos fieles. Una gran característica que deben
tener los discípulos de Jesús es dar testimonio de su fe mediante una auténtica
vida virtuosa por la gracia de Dios. Estamos llamados a practicar estas virtudes
en todos los momentos de nuestra vida.
Terminemos esta parte con el siguiente vídeo:
Vas a buscar imágenes de las virtudes que hemos visto hoy y con ellas vas a hacer un collage. Envía esa collage a tu catequista.
- Dentro de la familia, escuela, colegio, barrio, parroquia ¿Qué medios podemos usar para incrementar las virtudes?
- ¿Qué actitudes necesitamos alejar de nuestra vida para vivir las virtudes cardinales, para ser auténticos discípulos de Cristo?
Vas a escribirle una oración a Dios en donde le pidas la virtud que tú consideras que más necesitas. En esa oración también pide la virtud que consideras que tu familia necesita para seguir y mantenerse unidos.
Comparte con tu familia la importancia de las virtudes que hoy has visto y luego completa el siguiente cuadro.
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