TEMA #13. HAGAN USTEDES LO MISMO.
Solo tengo una vida. Hagan ustedes lo mismo.
¿A dónde queremos llegar?
A entender que la Iglesia ha sido convocada por el Señor para ser maestra, signo y manifestación real del amor de Dios. A su vez, estamos llamados cada uno de nosotros a comprender el gran amor que Dios nos tiene, por eso nos deja su Iglesia para que en ella también nosotros hagamos vivo el amor a Él y a los demás a través del servicio y la oración.
Entiende a dónde queremos llegar por medio de la siguiente canción, analiza muy bien las imágenes que allí se presentan.
Lee atentamente la siguiente historia que un biógrafo de Santa Teresa de Calcuta nos cuenta.
Un día (cuenta ella), una joven pareja vino a nuestra casa y preguntó por mí. Me hicieron entrega de una gran suma de dinero.
Les pregunté: ¿Dónde han recaudado tal cantidad de dinero?
Me contestaron: Hace dos días que hemos contraído matrimonio. Con anterioridad habíamos decidido no celebrar ningún banquete, ni comprar trajes de novios. Renunciamos también al viaje de bodas. Nos propusimos obsequiarle a usted el dinero ahorrado.
Yo sabía bien lo que representaba semejante decisión, sobre todo para una familia hindú. Por eso les pregunté: Pero ¿Cómo se les ocurrió algo semejante?
Nos amamos tanto el uno al otro, me dijeron, que nos propusimos compartir nuestro amor con aquellos a quienes usted sirve.
Compartir, ¡Qué cosa más hermosa!
Responde en tu cuaderno:
- ¿Qué sentimientos han surgido en mí al escuchar esta historia?
- ¿Cuál fue la razón de tanta generosidad? explique.
Vas a buscar en tu Sagrada Escritura y a leer muy pausadamente LUCAS 10, 30-37. Léelo varias veces y luego responde:
- ¿Qué le preguntaron a Jesús?
- ¿Qué personaje actuó correctamente? ¿Qué hizo?
- ¿Qué le propuso Jesús a la gente?
- ¿Qué me enseña la parábola del Buen Samaritano?
- ¿Qué relación encuentras entre este texto y la narración de la Madre Teresa?
Complementa lo leído y meditado con el siguiente vídeo:
3. DETENGÁMONOS:
“Ves la Trinidad si ves el
amor”, escribió
San Agustín. Nos quiere decir que cuando nuestra comunidad eclesial vive el
mandato del Señor Jesús “Ámense unos a otros como yo los he amado” (Jn 13, 34), hace visible en medio
de nosotros a la Santísima Trinidad, comunidad de amor.
La Iglesia enseña el amor,
haciéndose en el mundo testigo y signo o sacramento del amor del Padre, que quiere
hacer de la humanidad, en su Hijo una sola familia. Para esto nos envía la
fuerza del Espíritu Santo, potencia interior que armoniza nuestro corazón con
el corazón de Cristo y nos mueve a amar a los hermanos como Él los ha amado,
cuando se ha puesto a lavar los pies de sus discípulos (Jn 13, 1 - 13) y, sobre
todo, cuando ha entregado su vida por todos (Jn 13, 1; 15, 13).
Para Jesús lo importante era
amar a las personas y amar a Dios. Muchas de sus acciones y de sus palabras nos
lo demuestran. Y así se lo enseñó también a sus discípulos. Busquemos estos
textos bíblicos, donde vemos cómo ama Jesús: Lc 13, 10 - 13; Mt 20, 29 - 34; Mc
1, 29 - 31.
Con nuestras acciones de cada
día podemos amar a Dios. Lo amamos cuando vamos alegres a la Eucaristía, cuando
obedecemos a nuestros padres, cuando rezamos a Dios cada día, cuando amamos al
prójimo, en fin, cuando hacemos lo que Jesús nos enseña.
Jesús nos dice cómo debe ser el
amor al prójimo:
- “Pórtense con los demás como quieren que los demás se porten con ustedes” (Mt 7, 12).
- “Amen a sus enemigos” (Mt 5, 44).
- “El que quiera ser grande que se ponga al servicio de todos” (Mc 10, 43)
- San Juan en su primera carta nos dice: “El que diga: “amo a Dios” pero no ama a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, al que ve, no puede amar a Dios a quien no ve” (1 Jn 4,20).
Es fácil, debes amar como Jesús amó, darte hasta el extremo, llenarte de caridad. Mira este vídeo y entenderás:
4. OBRAS SON AMORES:
Para esta semana vas a hacer alguna obra de caridad, algo sencillo pero práctico, algo que de pronto los demás no esperen que tú hagas, a menos que te lo pidan. Te damos unos ejemplos:
Puedes lavar la loza de alguna de las comidas, o de todas las comidas de un día.
Puedes barrer, trapear, limpiar el polvo de la casa.
Si vives con alguien ya avanzado en edad, regálale parte de tu tiempo y escúchalo.
Pasa más tiempo con tus seres queridos, y menos tiempo en las redes sociales.
Enséñale algo nuevo a tu familia, algo que los eduque, edifique y ayude para más adelante.
Valórate, quiérete, ámate, sientete hijo (a) de Dios y actúa como tal.
En fin, son muchas cosas que desde tu casa puedes hacer por Dios, por el bien de los demás y por tu propio bienestar.
Escucha la siguiente canción, cántala si te la sabes. Y después a la luz de esta melodía, realiza la oración.
"Señor Jesús, enséñanos a no amarnos a nosotros mismos, a no contentarnos con amar a los nuestros, con amar a los que amamos.
Enséñanos a pensar sólo en los demás,
a amar, primeramente a los que no son amados.
Concédenos la gracia de descubrir a cada minuto de nuestra existencia, que hay seres humanos, que son hijos tuyos, que mueren de hambre y no merecen morir de hambre; que mueren de frío y no merecen morir de frío.
Compadécete de todos los pobres del mundo,
compadécete de los leprosos, que tienden hacia tu misericordia sus manos, sus brazos...
Perdón por abandonar a quien lo necesita.
Ayúdanos Señor, a no buscar más una sola felicidad.
Amén.
Te vamos a dejar el link de la película animada sobre la Madre Teresa de Calcuta. Te invitamos a que con tu familia puedas ver esta película y así sigas aprendiendo lo importante que es amar como Jesús ama.
Que en esta nueva semana el Señor los colme de bendiciones.
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