Somos Felices en la Iglesia de Jesús. Confirmación. Tema # 11

TEMA #11. SOMOS LA IGLESIA DEL SEÑOR

El Universo. Una joven Iglesia atrae.


¿A dónde queremos llegar?

A conocer mejor quiénes forman parte de nuestra comunidad cristiana local, la parroquia. Descubrir que todos somos Iglesia, y que somos Joven Iglesia que crece y se renueva en Jesucristo. 

Todos somos esa Iglesia que camina con Jesús. Tú y yo como jóvenes, vamos en marcha, nos levantamos y nos renovamos, escucha la siguiente canción y sigue la letra.



1. MIREMOS LA VIDA:

Con la ayuda de tu familia, vas a responder las siguiente preguntas. procura no buscar por internet, sino responde según tú y tus familiares se acuerden. 

Van a traer a la memoria la Basílica del Santo Cristo, cierren los ojos y hagan un recorrido por ella, fíjense bien en lo que tiene, cómo es, sus colores, todo, no pierdan detalle. 

ahora sí:

  • ¿Cómo se llama la parroquia?
  • ¿A quién está dedicada? (Jesucristo, un santo, la Virgen)
  • ¿Cómo es el Altar Mayor?
  • ¿Qué imágenes tiene el Templo?
  • ¿Cuántas capillas laterales hay en el templo?
  • ¿Cómo es la Torre, y Cuántas campanas tiene?
  • ¿Dónde está ubicada la Pila Bautismal?
  • En qué fecha se construyó el Templo?
  • ¿Qué vitrales hay en el Templo?
  • ¿Cómo son los horarios de Misas?
  • ¿Cómo está organizada la Parroquia? ¿Qué grupos hay en ella?

Son preguntas fáciles, vamos que ustedes pueden. 



2. ESCUCHEMOS AL SEÑOR:

Busca en tu Sagrada Escritura HECHOS DE LOS APÓSTOLES 4, 32-35. léelo pausada y tranquilamente. luego responde:

  • ¿Cómo eran los que creían en Cristo?
  • ¿Qué hacían con los bienes?
  • ¿Quién era Bernabé?
  • ¿Qué opinas de esas comunidades?
Analiza lo ya visto con el siguiente video:




3. DETENGÁMONOS:

Tomamos un fragmento de: "LA PARROQUIA COMUNIDAD DE COMUNIDADES" de la Arquidiócesis de Medellín:

"El cristianismo está diseñado para ser vivido en comunidad. Por eso, Jesús pedía a sus discípulos que permanecieran unidos en su nombre, como aparece en la parábola de la vid y los sarmientos o en la oración sacerdotal (cf Jn 15,17). Los Hechos de los Apóstoles presentan las maravillas que hace la fraternidad en las primeras comunidades cristianas hasta describir a los fieles como “un solo corazón y una sola alma” (cf He 4,32-37; 2,42-47). La vida comunitaria es esencial a la experiencia cristiana, hasta el punto que el ser discípulo misionero de Cristo supone pertenecer a una comunidad cristiana determinada. Esta pertenencia que se tiene por la comunión efectiva con la propia diócesis y la propia parroquia, puede expresarse también a través de comunidades menores. Por eso se dice que la parroquia debe ser una “comunidad de comunidades (cf  DA 164-180).

La parroquia, por tanto, no es una masa; en ella puede haber diversas expresiones de vida eclesial, que deben ser valorizadas, animadas e integradas en la realización de la única vida y misión de la Iglesia. Afortunadamente, se ven hoy en muchas parroquias múltiples manifestaciones de vida cristiana en comunidad, comenzando por las familias que viven el Evangelio y que son verdaderas iglesias domésticas. Y luego, muchas otras formas organizadas de vida eclesial que no pueden existir sino para expresar y apoyar la vida de la Iglesia, según la vocación y el carisma propios de cada una. Pero es preciso observar que todas esas variadas expresiones de vida eclesial no se bastan a sí mismas, sino que se completan en la relación con una comunidad eclesial más amplia, que acontece en la parroquia y que culmina en la diócesis que vive en la comunión universal de la Iglesia. 

De otra parte, como ya se ha dicho, la parroquia tampoco se basta a sí misma y no puede cerrarse sobre sí misma. Ella está unida a las demás parroquias y al Obispo, sucesor de los Apóstoles, que une en torno a Cristo Pastor la gran comunidad diocesana en la comunión de la misma fe, esperanza y caridad. Esto se puede expresar, de manera práctica, por la integración viva de las parroquias a los arciprestazgos y vicarías, que son lugares y organismos concretos de comunión, de participación y de misión.  El Obispo, a la vez, promueve la comunión de toda la diócesis con las demás diócesis de la Iglesia y con el Papa, el sucesor de Pedro, que confirma a todos en la fe en Cristo. De esta manera, las parroquias tienen la posibilidad de abrirse a la comunión universal y tomar parte con sus posibilidades y carismas en la misión y en la responsabilidad de toda la Iglesia.

Por tanto, la fuerza que es la raíz local se arruina si una expresión de vida eclesial o la misma parroquia se acomodan en un particularismo cerrado que se vuelve su límite y hasta su propia muerte. No existe la posibilidad de la parroquia o la comunidad cristiana autosuficiente. La comunión más perfecta de la Iglesia se realiza en la celebración de la Eucaristía, presidida por el Obispo encargado de enseñar y conducir, en nombre de Cristo, el cuerpo eclesial. Igualmente, la comunidad cristiana se hace visible, de modo particular, en las celebraciones eucarísticas de los domingos en las parroquias. En el día del Señor, en torno a Cristo Resucitado presente entre los que se reúnen en su nombre (cf Mt 18,20), los discípulos de Jesús se congregan para escuchar su Palabra, para la oración en común, para crecer en la fraternidad, para hacer la memoria del Señor por la Eucaristía y para recibir el envío misionero". 


Y todos somos Iglesia, por eso escucha la Siguiente canción.




4. OBRAS SON AMORES:


Hemos conocido la labor de personas que realizan una misión social en la Iglesia, tanto misioneros como personas cercanas de la parroquia.

Hemos conocido un poco más a nuestro párroco como guía o pastor de la comunidad. Todo esto nos permite constatar que el mensaje de Jesús tiene una dimensión histórico-temporal, tiene que ver con todas las realidades de nuestra vida.

Todo lo que hemos descubierto no es solamente para conocerlo conceptualmente, sino también para comenzar a vivirlo como los primeros cristianos. 

Ellos tenían su comunidad de referencia; nosotros también tenemos la nuestra que es la comunidad parroquial. Recordemos y hagamos realidad los compromisos que escribimos en el ladrillo.

Por eso:
  • ¿Qué puedes hacer para colaborar y ayudar a construir la comunidad parroquial?
  • Haz una lista de los regalos que has recibido de la Iglesia. Y otra lista de los regalos que puedes darla a la Iglesia. Estas listas se las vas a enviar a tu catequista. 

5. CELEBREMOS CON ALEGRÍA:

Reta a tu familia para ver quién canta mejor estos dos Karaokes. 





6. CON TU FAMILIA:

Realicen entre todos una oración, en donde como Iglesia doméstica, se comprometan a seguir creciendo en los valores y en amor a Dios, a su Iglesia, a su Parroquia y obviamente entre ustedes mismos. 


Dios les conceda mil bendiciones como familia de amor. 

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