TEMA #9. ABRAZO AMOROSO DEL PADRE
Movimiento de vida Cristiana. IV domingo de Cuaresma.
¿A dónde queremos llegar?
A ser capaces de reconocer que como seres humanos muchas veces le fallamos a Dios, a quienes más amamos y a las personas con quienes a diario nos relacionamos, y que Dios, conocedor de nuestras debilidades, nos ofrece su perdón a través de la Iglesia en el Sacramento de la Reconciliación, para nuestra Salvación.
Vas a realizar la siguiente dinámica con tus familiares:
- materiales a necesitar: Un limón; un copito (cotonete); una hoja blanca; un resaltador.
- en la hoja blanca vas a escribir con el resaltador un pecado que en la vida del mundo sea muy común (ejemplo: la mentira) (Vas a enviarle a tu catequista una foto de ese pecado).
- vas a tomar el limón y el copito, impregnas el copito de limón, y luego como si estuvieras borrando, vas a pasar el copito sobre el pecado que escribiste.
- Notarás que el pecado desapareció. (Vas a enviar una foto del resultado a tu catequista).
Ahora Reflexiona: ¿Qué relación tiene esa dinámica con el Sacramento de la Confesión o Reconciliación?
1. MIREMOS LA VIDA:
Recordemos algo de lo que nos sucede en nuestro diario vivir y compartir con las personas que más amamos o con quienes nos relacionamos. Un ejemplo nos puede ayudar a recordar estas situaciones. Leamos atentos:
Óscar asistió a la convivencia que organizaron los catequistas de la parroquia. Estuvo muy alegre con sus amigos y con los catequistas pues hubo juegos, excursiones y partidos de fútbol. El domingo en la tarde sus padres no pudieron ir a recogerlo porque su abuela se había enfermado y tenían que cuidarla, por lo que tuvo que regresar con los padres de su amiga y vecina Isabel. Óscar se disgustó mucho porque sus padres no fueron a buscarlo como los de todos sus amigos.
Cuando llegaron a casa sus padres por la noche, Óscar estaba triste y no quiso hablar con ellos. Se acostó sin comer y de mal humor. El lunes se despertó igual y se fue a estudiar dejando a sus padres muy preocupados, pensando qué le pasaría. En el recreo sus compañeros de clase le preguntaron
cómo había sido su regreso a casa y él les contó su disgusto. Isabel se acercó y le dijo: “Acuérdese de lo que nos enseña Jesús, no tiene por qué estar disgustado, tiene que comprender a sus padres”.
Óscar piensa lo que le dijo Isabel y decide pedirles perdón. En la tarde cuando regresa a casa lo primero que hace es abrazar a sus padres y pedirles perdón. Su mamá muy contenta le preparó una comida mejor que la de otros días porque Óscar había cambiado y le había pedido perdón.
Y teniendo en cuenta la historia, responde a lo siguiente:
- ¿Qué le sucedió a Óscar?
- ¿Por qué no pudieron ir a buscarlos sus padres?
- ¿Cómo reaccionó Óscar? ¿Tenía razón?
- ¿Quién le ayudó a cambiar?
- ¿Qué es necesario tener para saber pedir perdón?
- ¿Cómo terminó todo? ¿Por qué?
2. ESCUCHEMOS AL SEÑOR:
Busca y lee atentamente en tu Biblia el Evangelio de San Lucas 15, 11-31. Después de leerlo, mira el siguiente vídeo:
Y luego responde:
- ¿Qué hizo el hijo menor?
- ¿Qué le hizo cambiar al hijo menor?
- ¿¿Qué decidió hacer al final?
- ¿Cómo lo acogió el Padre?
- ¿Con qué personaje te identificas más?
3. DETENGÁMONOS:
Así como Jesús habla del perdón de Dios, también mandó a los apóstoles que, en su nombre, perdonasen los pecados, y les dijo: “a quienes perdonen los pecados, les serán perdonados” Jn 20, 23.
Cuando peleamos con nuestros compañeros, tratamos mal a los demás diciéndoles malas palabras, molestamos en clase distrayendo a quienes
quieren estudiar y aprender más cosas, estamos haciendo algo que nos aleja de Dios y de los hermanos, no somos fieles a la Eucaristía, ya que perdemos la amistad con los demás y con Dios, no reflejando lo que celebramos, el amor a Dios a través del amor a los hermanos.
Jesús vino a nosotros a enseñarnos el camino de la amistad con Dios, por eso cuando dejamos de hacer bien las cosas, tanto para Dios como para nuestros hermanos, fallamos en su amistad y tenemos que pedirle perdón.
La Iglesia nos da el perdón de Dios en el sacramento de la confesión, en el que le pedimos perdón a Dios, sabiendo que Él nos perdona. El sacramento de la reconciliación o de la confesión es el sacramento por
el cual Jesús nos perdona los pecados por medio del sacerdote.
Cuando recibimos el perdón de Dios, Él nos llena de alegría y nos llama a su fiesta que es la Eucaristía. En ella Dios Padre celebra nuestro regreso a casa, nuestra reconciliación con Él y con nuestros hermanos. “Dios Padre nos perdona porque nos ama”.
Es el momento de recordar los pasos para hacer una buena confesión siguiendo las escenas de la parábola del padre misericordioso:
- Examen de conciencia: el hijo pródigo piensa lo que ha hecho.
- Contrición de corazón: siente pena por haber hecho sufrir a su padre y haber perdido la felicidad de vivir en su casa.
- Propósito de la enmienda: el hijo decide cambiar de vida, se pone en camino.
- Confesión de boca: se arrodilla ante su padre y le pide perdón.
- Satisfacción de obra: el padre lo abraza y le hace una fiesta.
Refuerza lo que acabas de leer con el siguiente vídeo:
4. OBRAS SON AMORES:
Dios Padre nos perdona porque su amor es incondicional, alegre, lleno de misericordia.
- ¿Qué testimonios tengo presentes de perdón incondicional que me recuerden lo que Jesús nos muestra del Padre?
- ¿Qué experiencia personal tengo de ese perdón que libera, renueva y llena de vida?.
5. CELEBREMOS CON ALEGRÍA:
De corazón, con espíritu, ora al Señor el: "Yo confieso ante Dios Todopoderoso". Que verdaderamente se note que quieres reconciliarte con el Padre que te espera con los brazos abiertos.
y no se te olvide guardar de memoria, los pasos para una buena confesión.
Catolic-link.
6. CON TU FAMILIA:
Comenten las enseñanzas que les ha dejado este tema. Tengan en cuenta lo importante que es el Sacramento de la Reconciliación para un verdadero católico.
Terminen este momento encomendando a María Santísima su nueva semana:
"Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios.
No desprecies las oraciones
que te dirigimos en nuestras necesidades.
Antes bien, líbranos de todo mal y peligro,
Oh Virgen Gloriosa y Bnedita.
Amén.
Dios los bendiga en esta nueva semana.
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